Carta a Claudia Lopez (12 de Septiembre del 2008)

Hola Claudia. Tu no me conoces, y yo tampoco te conozco. Quizas no en persona, pero he sabido mucho de ti. Me acuerdo que yo tenía 12 años cuando te asesinaron, y quizas en ese momento no le tome mucho el peso a la situación, a pesar de tener un poco de conciencia politica en aquel entonces. A traves de los años, tu figura se convirtió en la representación de lucha combativa y barrial. Y asi como creciste tu, tambien crecio en mi una sintonia y un compromiso con las luchas sociales que me mantienen atado a ellas de manera maravillosa, mostrando que las luchas populares no se detienen.

Te cuento algo: creo que las cosas van de mal en peor desde que te fuiste. La juventud aun no entiende que hay que organizarse, y se sientan a esperar las cosas, y a no ser actores dentro de los procesos. Creo que es el miedo. Miedo a que les pase lo mismo que a ti. No se si sabias, pero en estos diez años, otros compañeros cayeron en las luchas del pueblo: unos meses después de ti murió Daniel Menco en el norte. En el 2002 mataron a Alex Lemun, en una recuperacion de tierras mapuches. El año pasado, los pacos mataron a Rodrigo Cisternas, un trabajador forestal de Arauco. En Enero de este año mataron a Matias Catrileo, y en Marzo fue Johnny Cariqueo. Y a la lista se suman más, tristemente. Me apena decir eso. Y me apena mas decir, que la gente de este país, no toma en cuenta estas situaciones. Aun estan esperando que “los politicos” tomen las decisiones por nosotros. Los mismo politicos que legislaron la ley que mantiene muchos compañeros en las carceles fascistas del estado. Los mismos politicos que hace unos años tomaron en sus manos la LOCE, y la convirtieron en algo grotesco llamado LGE. Y peor aun, los mismo que defienden sus intereses individuales, y los hacen valer con la fuerza, con la policia, con los militares, con esos mismos que te mataron, los mismo que mataron a Daniel, a Alex, a Matias, a Rodrigo y a Johnny. Me da asco a veces sentir que pertenezco a una generacion despota, desinteresada y apatica con estos temas. Una generación que dice “se lo buscaron”, una generación que se rie de los compañeros que caen detenidos, una generación que piensa que las luchas sociales son concepciones pasadas, que ahora hay que aceptar el “orden natural” de la historia, y que los ricos siempre van a ser ricos y explotadores, y los pobres y trabajadores siempre vamos a ser explotados. Se rien de quienes tenemos una concepción de las cosas que se distancia a la de ellos. Tengo la esperanza de que esto cambie, y estamos trabajando para eso, a pesar de todo. A pesar de la represión, a pesar de la persecución.
Tu ejemplo ha sido tomado en cuenta por muchos. Por nosotros. Por compañeros que creen que las cosas pueden tomar un rumbo diferente a lo que vemos ahora. Quizas en teoría, no seamos iguales (supe que eras anarquista, y yo soy marxista), pero se que estaremos en la misma trinchera cuando llegue la revolución. Siempre recordaremos que existen personas como tu, que detrás de la capucha de alguna compañera o compañero, en alguna barricada, en alguna toma, en alguna marcha, en algun lugar del mundo, podremos ver tus mismos ojos. Ver tu misma imagen. Ver tu mismo compromiso.

Claudia, esta carta no es para quejarme, ni para llorar, ni para molestarte. Es para decirte y mostrarle a la gente, de que no estas muerta: sigues viva. Aún estas en esa barricada en La Pincoya. Aun estas en esa protesta cada 11 de Septiembre. Aun estas en los corazones de los jóvenes que luchamos por lo que creemos. Me alegra ver tu cara cuando camino por la Alameda, en esos carteles pegados. Asi siento que estas mirando todavía, que estas respirando aún, y que la lucha continúa para ti y para nosotros.
Saludos compañera.